Humaitá aún sigue en pie
Por Eduardo Quintana
Como si se tratara de una paradoja, el Museo Comunitario Ex Cuartel del Mariscal López de Humaitá, se encuentra en la calle Heroica Resistencia a pocos metros del ícónico templo de San Carlos de Borromeo, o lo que dejaron de él. Fue cerrado el 1 de febrero de 2025 como medida de fuerza y llamada de atención política, más que por problemas económicos.
La pequeña localidad situada a 400 Km al sur de Asunción, en el departamento de Ñeembucú, recibió la noticia de su municipalidad a fines de enero, sin dar conocer más detalles o alternativas de respuestas, ni siquiera de cómo impactaría esta medida en la economía humaiteña.
Las “ruinas” del templo católico como llaman algunos -Fortaleza, dirían otros- junto al museo son las principales atracciones locales de 3.091 habitantes. Ubicada a unos 40 km de Pilar, capital departamental, su economía depende de la ganadería, la pesca, la agricultura y el turismo.
Los comedores, los guías turísticos, los choferes y los artesanos recibieron la noticia días antes del cierre del museo. Mientras que el municipio, la Secretaría Nacional de Cultura, la Secretaría Nacional de Turismo, la gobernación de Ñeembucú y el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones estaban al tanto de la problemática desde 2023.
Y aunque todos sabían, se permitió la clausura del museo. Delimitar si se trata de un fracaso puntual de gestión cultural, con al menos cinco instituciones responsables, de desidia estatal generalizada o de una pelea política o sectaria, es muy complicado, ya que incluso podría tratarse de una combinación de todos esos elementos.
Humaitá en 2024 recibió 5.720.000.000.000 de guaraníes (731.000 dólares), según la Dirección General de Departamentos y Municipios del Ministerio de Economía, a la principal encargada del museo, Karen Sosa, le deben seis meses de salario, apenas 12.000.000 de guaraníes (USD 1.534). Los fondos provienen de royalties generados por la dos hidroeléctrica Itaipú y Yacyretá, Fondo Nacional de Inversión Pública (FONACIDE) y recaudaciones de juegos de azar (CONAJZAR).
El intendente de Humaitá, Julio Caballero, confirmó a MUPA que el museo se reabrirá el 8 de febrero, luego de siete días de su cierre. Reconoció que se trató directamente de una medida de fuerza para llamar la atención de todas las autoridades y así hallar una solución.

Primero vino la guerra y también la inundación
En esta región del país se libraron grandes batallas durante la Guerra contra la Triple Alianza o Guerra Guasu (1864-1870). La Campaña de Humaitá es recordada principalmente por la alta resistencia y estrategias de las tropas paraguayas frente a los aliados y la gran victoria en la batalla de Curupayty (22 de septiembre de 1866), al mando del General José Eduvigis Díaz.
Esta guerra destruyó al país, pero no lo eliminó. Un gran número de paraguayos interesados por nuestra historia, fueron a conocer esos sitios de la Gran Guerra. Otros fueron más allá. Entre ellos se destaca un joven dejó su pueblo Sapucái, en Paraguarí, para instalarse en esta antigua fortaleza. Allí se casó y formó una familia.
Fue el padre de Vicenta Miranda, profesora de matemáticas jubilada, que hace más de 20 años se involucró en el mundo del voluntariado y del turismo. Hoy, luego de trabajar varias décadas en el museo de Humaitá, ésta antigua educadora -quien se convirtió también en guía turística- lamenta la grave situación.
Sin olvidar detalles, relató a MUPA algunos puntos destacados de la cronología del museo. En 1970, luego de 100 años del fin de la Guerra Guasú, José María Candia creó un museo histórico, en el antiguo Cuartel General del presidente Francisco Solano López. La historia oficial sostiene que el sitio ya estaba como fortaleza en la época del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia.
En 1983, con la gran inundación, Humaitá quedó 90 % bajo el agua y el museo se derrumbó. Un año después, se inició la reconstrucción de una réplica del antiguo cuartel, con algunos de los materiales originales que rescataron los vecinos. Pero, la corrupción dañó más que el agua y el museo otra vez se vino abajo.
Los gobernantes de turno y funcionarios, realizaron un mal trabajo, relata Vicenta. Mientras tanto, en 2004, se restauraron los antiguos cuarteles de Paso de Patria, Humaitá y Umbú. En esa oportunidad se robaron varias reliquias de la guerra, que hasta hoy no fueron devueltas. “Se robó mucho. Pero no quiero mencionar la institución”, confiesa la profesora.
Vicenta Miranda intervino en la revitalización del casco histórico y en la puesta en valor del museo, poco antes de una visita del entonces presidente del Paraguay, Nicanor Duarte Frutos.
En 2007 se creó una Asociación Cultural y de Ecoturismo, con apoyo de una organización de cooperación canadiense, que los ayudó durante 4 años. Luego empezó a trabajar de cerca con la gobernación de Ñeembucú y la Secretaría Nacional de Turismo.
“El momento cumbre del Museo de Humaitá y del Patrimonio de la Fortaleza fue en 2010 y 2011, con el bicentenario. Presentamos un proyecto y la ministra de turismo de entonces nos apoyó y acompañó hasta la ejecución. El museo pudo equiparse, tuvimos rubro de la municipalidad y se compraron muebles y se montó una sala de informática, donde recibíamos a los turistas”, y sostiene que en ese periodo se hizo uno de los últimos trabajos museológicos muy diferente a la situación actual.
Cuestiona diciendo; “me duele muchísimo lo que ocurre. Porque la municipalidad dice que es por falta de recursos. Pero el año pasado recibieron más de 5.700 millones de guaraníes. Casi no hay obras en la ciudad. ¿Cómo vamos a llegar al extremo de deberle a la funcionaria principal del museo y a la limpiadora?”.
“Mi papá, que vino de Sapucái y se enamoró y vivió en Humaitá, nos decía que aunque viaje por el Paraguay y el mundo, teníamos que volver a la comunidad donde nacimos y crecimos. Hay que volver, me decía. Y estoy aquí ahora”, relata Vicenta.
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La resistencia en un museo
Cuando un museo se cierra automáticamente se elimina una oportunidad democrática de acceso al patrimonio cultural material e inmaterial. Y más si el acervo tiene una relación directa con la tierra, la historia y la gente.
MUPA contactó con la guía Karen Sosa, encargada del Museo Comunitario. Quien aseguró que el acervo del museo está completamente relacionado a la Guerra contra la Triple Alianza.
“Tenemos sables, restos de fusiles, botellas de vidrio de perfumes y alcohol, además de maquetas de lo que fue Humaitá y también de la batalla de Curupayty. Incluso tenemos un cañón enemigo, de procedencia portuguesa”, relata y agrega que todavía falta mejorar el inventario, proteger todo lo exhibido y lo que está en la reserva técnica.
Aunque mostró preocupación por la falta de pagos de sus salarios, trabajó como siempre hasta los últimos días. Asegura que le encanta relatar las historias de la guerra y de la propia Humaitá, actividad que entretiene y asombra a muchos visitantes.
Puntualiza que efectivamente, la Municipalidad de Humaitá se encarga de su salario, del mantenimiento del museo, de la limpieza, de los insumos básicos.
Comenta que es en verano la temporada más alta de visitas. Su último recuento, con el número de entradas vendidas, llegó a 1.700 personas adultas, sin contar con los niños. La mayoría, señala, visita el lugar en familia y solo los adultos deben abonar por el ingreso.
“Me encanta trabajar en el museo y contar historias. Es mi vocación y quiero volver a trabajar cuanto antes”, sostiene.
Algo que el intendente ya prometió y que será apoyado por la Gobernación de Ñeembucú.
“Enviamos muchas notas a la Secretaría de Cultura y a la SENATUR. Nunca se avanzó. El techo y las paredes del museo necesitan mantenimiento. Tuvimos muchas reuniones para buscar la revitalización. Pero no se hizo el llamado a la consultoría, no se licitó nada”, relata el intendente.
Afirmó, a MUPA, que la gran responsabilidad es del gobierno central y que existe una desidia contra el distrito de Humaitá.
“Cerré el museo para que nuestro reclamo tenga una repercusión, para que nos hagan caso. No podemos seguir así. Pero este fin de semana volveremos a abrir. Fue una medida de fuerza”, confiesa.
Sin embargo, añade que no hay problemas grandes con el gobierno central y que se necesita trabajar en conjunto para materializar el proyecto grande y ambicioso de restauración, tanto de lo que queda del templo como el museo.

¿Qué dicen la ley y los documentos?
Según las normas vigentes, el órgano rector de las políticas culturales y de la salvaguardia del patrimonio cultural es el Estado paraguayo, representado por la Secretaría Nacional de Cultura. Empero, esto no exime de responsabilidad a otras instancias como municipalidades y gobernaciones.
La ley 3051, en su artículo 1, determina, entre los deberes del Estado en materia cultural, “la protección y el acrecentamiento de los bienes materiales e intangibles que conforman el patrimonio cultural del Paraguay”.
Y continúa “protección, preservación y promoción del patrimonio cultural, cuyos acervos incluyen bienes muebles e inmuebles, materiales e intangibles, ambientales y construidos, en cuanto resultan relevantes para la cultura por sus valores simbólicos, históricos, estéticos o científicos. También incluyen los museos, archivos, bibliotecas e instituciones afines”.
En el artículo 6, entre los objetivos básicos de la Secretaría Nacional de Cultura, se establece; “preservar los bienes que integran el patrimonio cultural de la Nación” y, como función, “proteger el patrimonio cultural, fomentar su difusión y conservar, recuperar y restaurar los bienes que lo integran”.
En tanto, la ley 5621 de “Protección del Patrimonio Cultural” creó el Sistema Nacional del Patrimonio, conformado por diferentes organismos que ejercen competencias concurrentes sobre el patrimonio cultural del país.
El artículo 11 de esta legislación, dice que “El Sistema Nacional del Patrimonio Cultural estará coordinado por la Secretaría Nacional de Cultura y fijará las políticas generales a seguir y dictará las normas técnicas y administrativas a las que deberán ajustarse las entidades y personas que integran dicho sistema”.
Mientras que el artículo 12 señala que, “en el ámbito de sus competencias y en concordancia con lo dispuesto por la legislación vigente, las gobernaciones y municipalidades integrarán institucionalmente el Sistema Nacional del Patrimonio Cultural, para dar cumplimiento a esta ley en el ámbito de sus competencias”.
El artículo 29 es claro sobre el papel de las gobernaciones y municipalidades que deben comunicar a la SNC cualquier situación de peligro del patrimonio. En el caso de Humaitá, sí hubo aviso en tiempo y forma.
MUPA accedió a diferentes notas e informes oficiales de la Municipalidad de Humaitá, de la Secretaría Nacional de Cultura y de la Secretaría Nacional de Turismo que evidencian un intercambio datos e informaciones ya desde inicios de 2023. Compartimos algunos de esos datos.
Se conformó una mesa interinstitucional en junio de 2023 y se trabajó en diferentes áreas para concluir que hacía falta una intervención general tanto de las ruinas como del museo. Al cierre de la edición, la Secretaría Nacional de Cultura no respondió a las preguntas de MUPA. Lo cierto es que el museo abrirá por ahora los fines de semana, pero no hay claridad sobre el plan de revitalización.
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