Museo en jaque: burocracia y deuda salarial amenazan el legado de la Guerra del Chaco
Por Zaida Fleitas

El Museo Casa de la Victoria, uno de los espacios más emblemáticos de la memoria histórica en Encarnación, cerró sus puertas tras la denuncia de su encargada, Doris Cabrera, quien asegura haber trabajado 12 meses sin percibir salario. Señala a la Municipalidad de Encarnación como la responsable de transferir los fondos para su sostenimiento.
Cabrera está vinculada al museo desde 1988 y en casi cuatro décadas se convirtió en la principal guía y custodio del acervo, reconocida por generaciones de estudiantes, turistas y veteranos.
La falta de pago se vincula a la exigencia de un nuevo requisito impuesto en 2025 a museos y asociaciones que reciben ayuda económica. La Municipalidad alegó que no puede transferir fondos sin este documento, aunque durante meses anteriores no se mencionó tal exigencia y Cabrera igualmente dejó de cobrar.
En diciembre de 2024, la funcionaria recibió siete meses de salario atrasado, pero desde entonces no volvió a percibir ingresos. No es la primera vez que enfrenta demoras: situaciones similares ocurrieron en años anteriores, y tampoco recibe regularmente su aguinaldo.
La Asociación de Veteranos de la Guerra del Chaco presentó notas a la Gobernación de Itapúa, sin obtener respuesta.
El trámite de la documentación exigida por la Municipalidad de Encarnación está en curso, pero avanza con lentitud. Cabrera teme que, aun presentando la documentación, no haya garantía de cobrar, ya que los atrasos salariales son un problema histórico.
Patrimonio en riesgo
El cierre ocurre en plena temporada turística, generando alarma en el sector cultural. El espacio, impulsado en su momento por el excombatiente Prudencio “Paco” Cano, hoy depende casi exclusivamente de Cabrera.
El museo fue inaugurado en 1973 y oficializado en 2003. Conserva cientos de piezas de la Guerra del Chaco —uniformes, armas, fotografías y documentos— y funciona en la antigua casona de la Asociación de Veteranos, en el microcentro de Encarnación.
La comunidad cultural teme que, si no se soluciona la deuda y la burocracia que frena los aportes, la Casa de la Victoria quede fuera del circuito turístico e histórico de la ciudad.